Hemos leìdo atentamente sobre el comentario de nuestro amigo Geliam, quien nos ha preguntado tambièn sobre el Nirvana.
Los idiomas orientales, sobre todo el sánscrito, son difíciles de traducir tratándose de conceptos abstractos usados en la religión. Uno de ellos es "Nirvana". La traducción tradicional es "Nada", dando a entender que el individuo llega a la extinción. Pero es totalmente inexacto dar una definición así, teniendo en cuenta que el individuo occidental está tan individualizado que una extinción de su identidad horrorizaría a los intentos por llegar al despertar de la conciencia (budeidad o iluminación). Sólo nos podemos aproximar a un entendimiento racional si leemos muchos textos donde Buda explica (o trata de explicar) el concepto del Nirvana. Según las Cuatro Nobles Verdades que encontró Buda, el sufrimiento que experimentan las formas manifestadas (seres vivos) se origina en la ignorancia de la ley, lo que hace que las transgredamos y originemos un efecto que percibimos como dolor. Ayer justamente estábamos conversando con algunos practicantes de budismo tibetano y nos recordaban sobre los tres venenos: ignorancia, apego y aversión. El apego, ya sea a las cosas materiales, gustos y personas, nos crea una atadura hacia algo que es pasajero. La aversión es la fuerza contraria, pero igual nos obstaculiza el camino hacia la iluminación.
Siguiendo este razonamiento, si el apego o deseo condiciona u origina el sufrimiento, y por esa razón debemos regresar una y otra vez a este mundo para compensar las deudas kármicas, entonces, cuando eliminemos todo apego, podremos entrar en la iluminación. En este orden de ideas, el Nirvana estaría mejor definido como el estado donde el deseo está extinguido, simplemente el Ser "es".
Definitivamente, la mejor comprensión del Nirvana es cuando el ser interno experimente tal estado. La meditación es un buen método y elemento fundamental en toda la disciplina budista.
