20101124
El bien y el mal
Los sucesos buenos y malos son calificados erróneamente por nuestra mente, ya que el Ser Universal o Ley no califica los sucesos como premios o recompensas, simplemente se trata de causas y efectos, que pueden gustarnos o no. Cuando comenzamos a observar los sucesos como efectos, entonces, comienza la verdadera comprensión de la Ley Cósmica. Observemos que lo que es bueno, moral, correcto, para un pueblo, es abominación para otro.
Por ejemplo, para un individuo de alguna religión occidental no tiene nada de inmoral salir al cine el viernes, pero para un individuo de otra religión puede ser abominación. Por contrario, para éste, es natural tener más de una esposa; en cambio un occidental encuentra esto como retrógrado. Incluso, algo moral para un pueblo, puede ser inmoral para el mismo pueblo tiempo después. Recordemos que el Karma es impersonal, no pone etiquetas de bueno, malo, moral, inmoral. No existe una moral universal, lo que existe es Causa y Efecto.
¿Los malos no son espirituales?
Nos hemos acostumbrado a calificar a ciertas personas como inmorales o malas debido a que las comparamos con nuestro patrón moral. Ya dijimos que no hay moral absoluta. La moral es sólo una cuestión de costumbres culturales, no tiene nada que ver con el grado de evolución. El nivel evolutivo de la conciencia depende sólo de la medida de amor que tenga el individuo en su corazón.
Un vendedor de droga puede tener una espiritualidad (evolución) muy alta. Eso no tiene nada que ver con su decisión de adoptar cierta forma de ganarse el dinero. ¿Acaso es más espiritual vender droga ilegalmente que alcohol en una cantina? Al vendedor de droga lo vemos más malo que el dueño de una cantina debido a que la ley civil ha declarado ilegal al tráfico de droga, y hay una campaña constante en su contra. En cambio hay una campaña constante a favor de tomar tal o cual cerveza o licor.
Una prostituta puede tener una gran amor en su corazón por la humanidad, ser solidaria, responsable, honesta (no es mentirosa), caritativa, siempre dispuesta a ayudar, nunca insulta a nadie. En cambio una mujer que se precia de virgen o de esposa fiel, puede ser una mentirosa consuetudinaria, egoísta, irresponsable, chismosa, calumniadora, etc. Un hombre polígamo, casado correctamente ante la ley con más de una esposa, como en muchas culturas, puede ser una persona con gran amor por la humanidad, responsable, honesto, solidario. En cambio un hombre que se precia de monógamo puede ser egoísta, calumniador, ocioso, etc., incluso puede engañar a su única esposa con otra mujer.
Dejemos bien claro que las costumbres sociales, la moral de un pueblo e incluso el estado civil (sacerdote, soltero, casado, o con voto de celibato) no tiene nada que ver con el grado de evolución de la conciencia.
Del libro "Despertar y Liberación de la Conciencia", del autor de este blog.
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