A través de la historia ha existido la polémica entre espíritu y materia. Muchas instituciones y corrientes de pensamiento han preconizado que una es la importante, y la otra no. Occidente ha evolucionado dando mayor crédito a la materia, mientras que oriente lo ha hecho con el espíritu. ¿Es que acaso no comprenden que ambos son importantes, como las dos caras de una moneda?
Nuestra mente se ha acostumbrado a dividir la Realidad en dos: aquello que perciben sus sentidos (y los instrumentos científicos), y aquello que no es percibido. A lo primero le llama materia; a lo segundo le llama espíritu. Al parecer, casi todos estann de acuerdo en la materia, pero en el caso del espíritu, algunos lo suponen intelectualmente que existe, otros son agnósticos, y otros opinan que no existe. Olvidemos esa frontera de la mente. Acostumbremos a percibir la realidad como un campo continuo. Imaginemos una larga habitación. Estamos de pie, en un extremo, sosteniendo una lámpara. La luz de la lámpara alumbra hasta cierto tramo de la habitación. A esa zona conocida la podemos llamar materia. Al resto de la habitación, la zona oscura, no la conocemos y solo nos queda suponer lo que debe haber allá. A esa zona le podemos llamar espíritu. Pero a nadie se le ocurriría pensar que la habitación está dividida por alguna clase de muro. La división es solo convencional: hasta donde llega la luz. A medida que la Luz de nuestra conciencia evoluciones, su límite visual será más grande y algún día podremos iluminar y ver toda la habitación. Entonces, ese estado será llamado, con justicia, la Iluminación.
Del libro: "Despertar y liberación de la conciencia". Del autor de este blog.
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