Escuchar al corazón

No se trata de guiarse por las emociones, sino de algo más profundo. Cuando la mente y las emociones están calmadas, eliminadas las peocupaciones y angustias que las nublan, surge la voz de la conciencia. Si dedicamos por lo menos cinco minutos diarios a silenciar nuestra mente y emociones, y concetramos nuestra atención en el corazón, escucharemos su voz. La conciencia es la mejor consejera, perfectamente sabia. En realidad, nosotros somos la conciencia.

Dejar libre el camino

Sé que muchos acogerán bien la lista de libros que recomendamos en este blog, pero algunos quizás discrepen respecto a algunos de ellos, hasta pueden escandalizarse por la recomendación de libros de escuelas antagónicas entre sí. En nuestra web recordamos que no los recomendamos como dogma, sino como una ayuda de base teórica, ya que la evolución de la conciencia no está basada en teorías, sino en la práctica. La teoría es como un terreno, hay que prepararlo bien, sin embargo, sólo el agua, los nutrientes, el sol y el cuidado que les demos hará crecer la planta y rendir sus frutos. Si hemos escogido un camino para transitar, no debemos obstruirlo para evitar que otros pasen por ahí. Hay que tener en cuenta que si transitamos por un camino es porque anteriormente otros no lo obstruyeron. En un anterior mensaje decíamos que los diferentes caminos son en realidad diferentes ramas de un mismo árbol. Si nuestra vista es corta y sólo vemos las ramas, entonces creeremos que las diferentes escuelas son rivales. Pero si nuestra mente se abre, veremos todo el árbol.

Nuestro pasado animal

Nuestras almas han recorrido mucho desde que pasaron por los reinos mineral, vegetal y animal. Durante este último, aprendimos muchas lecciones, como los principios de solidaridad y el trabajo en grupo; también afinamos algunas facultades tan proverbiales como la vista del águila, el olfato de los perros, la intuición de los gatos. Sin embargo, hemos olvidado esas lecciones valiosas, y por el contrario, aún mantenemos ciertas actitudes destructivas como la ira, la violencia y el egoísmo. Si observamos atentamente a nuestros hermanos menores, recordaremos las virtudes que hemos condenado al desván de nuestro ser.

¿Por qué muchas religiones?

Es una de las más frecuentes preguntas que nos hacen. Aunque necesitaríamos varios mensajes para explicarlo, nos gustaría comenzar con una alegoría. El mensaje es uno sólo: Paz y Amor interior, pero hay que explicarlo en forma diferente según la idiosincracia de cada pueblo, al cual habrá que darle algunas pautas sociales para ayudar al proceso evolutivo. Es nuestra mente la que ve divisiones, y creamos organizaciones para encerrar a cada adpatación, como si fuera una religión diferente. Gandhi decía: La religión es un solo árbol con muchas ramas. Si no vemos más que las ramas, diremos que hay muchas religiones, pero si vemos todo el árbol, comprenderemos que hay una sola religión.

¿A cuál maestro seguir?

Alguien nos preguntó: ¿Debo seguir a Jesús o a Buda? La respuesta es muy sencilla: Debes seguirte a tí mismo. Jesús se convirtió en Hijo de Dios y Buda en Iluminado porque siguieron su sabiduría interior. Todo maestro espiritual del pasado y presente hacen los mismo. La maestría interior no es privilegio de nadie, sino que toda alma aspira y puede llegar a ella. Haz tú lo mismo.

Comenzando la evolución

¿Cómo comenzar la evoluciòn del alma? Sabemos que hay muchos caminos, aunque todos se fundan en los mismos principios, los métodos son diferentes, según el tipo de persona. En esencia, se trata de obtener pureza interior, control mental y emocional. Respecto al primer punto, buena idea es revisar las palabras sabias de los maestros, registradas en innumerables obras sagradas. Por el momento, podemos obviar los rituales o costumbres sociales mencionadas en dichos libros. Extraigamos la enseñanza moral, libre de prejuicio y de fanatismo. Más adelante hablaremos sobre la mente y las emociones.

La duración de la vida

Hoy vino a nuestra mente una reflexión sobre la gente que muere "joven", es decir, antes de la expectativa de vida. Nos hizo recordar lo que dijimos hace algún tiempo: Lo importante no es la cantidad de años que has vivido, sino cómo los viviste. Es mejor vivir pocos años armónicamente que muchos años infeliz. La vida es como un examen, no todos tenemos que responder la misma cantidad de preguntas, de modo que algunos terminarán el examen más rápido que otros, y pasarán a la siguiente encarnación.

Más sobre la Regla de Oro

En días pasados mencionábamos que Krishna enseñó sobre la Regla de Oro, que en el fondo es una aplicación de la Ley de Causa y Efecto. Otros maestros también la mencionaron. Buda dijo "no lastimes a los demás con lo que te aflige a tí mismo" (Udana Varga 5,18). Zoroastro decía "no hagas a los demás lo que no es bueno para tí" (Shyat-na-shyast).

La Paz Interior

Cuando a la gente se le habla sobre la no-violencia y de ser pacífico, se suele creer que nos invitan a la inactividad. Hay una confusión entre "ser pasivo" o "inactivo" y ser "pacífico". El inactivo es alguien que tiende a no esforzarse en sus actos, que necesita que lo motiven u obliguen, mientras que el pacífico es alguien que tiende a la paz, ya sea interior o a tratar de sembrar buenas voluntades en su entorno. El pacífico sí actúa, pero lo hace siempre sin violencia, sin ira.
Lo ideal es la Paz Interna, un estado donde el individuo tiene un remanso en sus pensamientos y emociones. No se trata de suprimir los pensamientos y las emociones, sino que éstas sean siempre armónicas, constructivas y ordenadas.
Eliminar la agitación mental y emocional provocada por nuestras angustias y malhumor, es el primer paso hacia la obtención de la Paz Interior. La doctrina de la no-violencia, por tanto, comienza por establecer dicha paz en nuestro interior, es decir, acabar con la violencia contra nuestro interior. Luego, alcanzada aquélla, podremos reflejarla hacia el entorno en que vivimos. Es nuestra mejor contribución a la humanidad.

¿Para qué trabajas?

Hemos preguntado a muchas personas y la mayoría nos responden que trabajan para tener dinero y poder comprar las cosas indispensables. Naturalmente, desean "trabajar" más para tener más dinero y poder acceder a lo superfluo, como esparcimiento, aunque ya deja de ser superfluo y lo consideran necesario para ser "felices". Su respuesta denota una resignación, como si no tuvieran alternativa. Otros, con rostros más apesadumbrados, dicen que trabajan para mantener a su familia. Tanto unos como otros, conciben el trabajo como un mal necesario. ¿Es ese el propósito de la vida?
En las filosofías orientales, el trabajo es un medio por el cual el ser humano se perfecciona, en la medida que descubre que puede hacerlo con arte -la armonía lo acerca a la perfección del universo-, y con la mira puesta en que su trabajo ayuda a más personas -el servicio.
Si tenemos la conciencia puesta en que nuestro trabajo contribuye de alguna manera a la evolución de la humanidad, no sólo en lo tecnológico, sino en la conciencia interior, nuestra propio ser adquirirá dimensión planetaria. Nuestra vida habrá cambiado, ya no concebiremos el trabajo como un castigo inevitable de la vida, sino una oportunidad feliz de servir a los demás. Es un cambio de visión sobre el trabajo.

Confianza en las leyes cósmicas

Todos sabemos que preocuparse ante un problema no arregla nada, al contrario, nubla la mente e impide ver las alternativas de solución. Debemos afrontar los problemas con serenidad mental y emocional, y confiar en que las leyes cósmicas se cumplirán. Por ejemplo, cuando lanzamos una pelotita contra una pared, tenemos la certeza que rebotará hacia nosotros. De la misma manera, cuando hemos aplicado un esfuerzo en solucionar un determinado problema, debemos quedarnos tranquilos que las leyes actuarán devolviéndonos el efecto. Las leyes, al igual que la ley de gravedad, son automáticas y no dependen del capricho de ninguna persona o entidad. Son leyes que se cumplen en tiempo y en el espacio.

Ser auténtico

Ayer estábamos releyendo un mensaje de uno de nuestros hermanos mayores. En realidad, no nos decía algo nuevo, sino que enfatizaba en una enseñanza milenaria. Decía que debemos ser auténticos, es decir, decir lo que pensamos y de decir lo que sentimos. Es algo difícil, pero sólo así comenzamos a obtener armonía en nuestro ser. Cada día tratemos de ser auténticos, gradualmente. Comprobaremos que a medida que nos acercamos a ser auténticos, nos daremos cuenta que estamos transformándonos en nuevas criaturas. En eso reside la felicidad.

La Regla de Oro

Independientemente de la religión que profese cualquier persona, las leyes universales actúan. De hecho, los maestros espirituales hablaron de ellas. Por ejemplo, en el Mahabharata, Krishna habla sobre la Ley de Causa y Efecto, por la cual todo trato que recibiremos será el mismo que hemos dado. Dice: "Los hombres dotados de inteligencia y las almas purificadas deberían tratar a los demás como ellos mismo quisieran ser tratados." (Mahabharata 13,115-22).

Web actualizada

Ayer hemos actualizado los archivos de nuestra web. Aunque ya se puede decir que es la nueva versión, aún el Foro está en construcción y necesitaremos algunos comentarios antes de anunciarla masivamente.
Esta mañana, estábamos reflexionamos sobre la trascendencia de una organización humana. Un grupo humano, cuando se constituye en una entidad jurídica, organización, tiende poco a poco a convertirse en una institución dogmática, debido a que sus miembros ingresan mayormente con el ánimo de "¿qué puedo aprovechar de ella?". Esta intención no es necesariamente malévola, puede ser simplemente el deseo de aprender, lo cual no es delito. Una organización permanece como útil para la humanidad en la medida que la contribución desinteresada de sus miembros sea mayor al beneficio que obtienen individualmente.

Remodelación de nuestro sitio web

Estamos dando los últimos toque para lanzar la remodelación de nuestro sitio web "Despertar conciencia". Hemos previsto incluir el presente blog, un foro, más archivos para descargar y una sección donde nos presentamos como autores del sitio. La novedad es que estamos incluyendo una versión en esperanto, idioma del que somos motivadores, dentro de nuestras convicciones de una sola familia planetaria.