¿Para qué trabajas?

Hemos preguntado a muchas personas y la mayoría nos responden que trabajan para tener dinero y poder comprar las cosas indispensables. Naturalmente, desean "trabajar" más para tener más dinero y poder acceder a lo superfluo, como esparcimiento, aunque ya deja de ser superfluo y lo consideran necesario para ser "felices". Su respuesta denota una resignación, como si no tuvieran alternativa. Otros, con rostros más apesadumbrados, dicen que trabajan para mantener a su familia. Tanto unos como otros, conciben el trabajo como un mal necesario. ¿Es ese el propósito de la vida?
En las filosofías orientales, el trabajo es un medio por el cual el ser humano se perfecciona, en la medida que descubre que puede hacerlo con arte -la armonía lo acerca a la perfección del universo-, y con la mira puesta en que su trabajo ayuda a más personas -el servicio.
Si tenemos la conciencia puesta en que nuestro trabajo contribuye de alguna manera a la evolución de la humanidad, no sólo en lo tecnológico, sino en la conciencia interior, nuestra propio ser adquirirá dimensión planetaria. Nuestra vida habrá cambiado, ya no concebiremos el trabajo como un castigo inevitable de la vida, sino una oportunidad feliz de servir a los demás. Es un cambio de visión sobre el trabajo.