Cuando a la gente se le habla sobre la no-violencia y de ser pacífico, se suele creer que nos invitan a la inactividad. Hay una confusión entre "ser pasivo" o "inactivo" y ser "pacífico". El inactivo es alguien que tiende a no esforzarse en sus actos, que necesita que lo motiven u obliguen, mientras que el pacífico es alguien que tiende a la paz, ya sea interior o a tratar de sembrar buenas voluntades en su entorno. El pacífico sí actúa, pero lo hace siempre sin violencia, sin ira.
Lo ideal es la Paz Interna, un estado donde el individuo tiene un remanso en sus pensamientos y emociones. No se trata de suprimir los pensamientos y las emociones, sino que éstas sean siempre armónicas, constructivas y ordenadas.
Eliminar la agitación mental y emocional provocada por nuestras angustias y malhumor, es el primer paso hacia la obtención de la Paz Interior. La doctrina de la no-violencia, por tanto, comienza por establecer dicha paz en nuestro interior, es decir, acabar con la violencia contra nuestro interior. Luego, alcanzada aquélla, podremos reflejarla hacia el entorno en que vivimos. Es nuestra mejor contribución a la humanidad.
20070719
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